STOP MACHISMO: HOMBRES CONTRA LA DESIGUALDAD DE GÉNERO

Si eres hombre, te invitamos a vivir una aventura que no está hecha de grandes hazañas sino de pequeños pasos. Te invitamos a sumarte a la gran revolución social de nuestro tiempo: la revolución por la igualdad de las mujeres, la revolución feminista.
Se trata de una revolución pacífica que podría parecer una gota de agua en el mar de la Historia, pero que dura ya más de doscientos años; una revolución que inventó los métodos no-violentos de lucha un siglo antes de que Ghandi o Martín Luther King hicieran populares las marchas reivindicativas o la desobediencia civil; una revolución incruenta que ha transformado para mejor la vida de millones de seres humanos; una revolución al alcance de la mano, que empieza en lo personal y lo cotidiano, y que por eso ha ido llegando hasta los últimos rincones del globo; una revolución que está transformando paulatinamente la estructura social porque antes está cambiando también, poco a poco, las costumbres y las leyes. Una revolución pacífica que, sin embargo, no ha llegado todavía a nuestras actitudes y formas de socialización, a nuestros referentes y a nuestro imaginario colectivo. Y que sigue cobrándose un tributo inaceptable de seres humanos torturadas y asesinadas por quienes se resisten a que las cosas cambien a mejor para todas y todos.
Creemos que la participación activa de los varones en esta increíble experiencia revolucionaria es un imperativo ético para cualquiera que tenga un mínimo sentido de la justicia y de la solidaridad. Por ello te invitamos a asumir la responsabilidad de descubrir, visibilizar, de-construir y erradicar de cada uno y, junto con otras y otros muchos, de toda la sociedad, las actitudes y comportamientos sexistas –aunque sean "inconscientes"- que contribuyen a sostener un sistema sexo/género que funciona siempre en perjuicio de las mujeres.
En esta aventura, los varones tenemos mucho que aprender. Empezando por asumir un papel secundario. Esta es una aventura para anti-héroes que rehuyen la competición masculina tradicional y se saben parte de un coro democrático de protagonistas intercambiables, un coro no prepotente sino modesto, casi superfluo y, sobre todo, concreto, con la mirada puesta no en los grandes horizontes sino en lo cotidiano y lo cercano.
Por experiencia sabemos que las consecuencias reales de sumarse a la revolución feminista son: mucho que perder en tanto que hombres tradicionales y nada asegurado por ganar. Pero hay que atreverse. Por la satisfacción personal de contribuir a un mundo más justo y solidario en cuestiones de género.
Si hay que atreverse a algo por ser hombre, es a eso. Así que ¡no lo pienses más y ponte en contacto con nosotros!